
TRES PELÍCULAS, UNA MISMA HISTORIA DE AMOR.
LA REPRODUCCIÓN DEL MITO DEL AMOR ROMÁNTICO EN EL CINE.
Daniella Tagariello
El mito del amor romántico es básicamente la construcción social y cultural acerca del amor heterosexual, que sirve para perpetuar un sistema patriarcal que defiende la desigualdad entre hombres y mujeres.
El amor entendido como el sentimiento que se asocia al cariño y al afecto, está estrechamente vinculado a las formas que muestran cómo debe ser expresado ese amor, y esas formas son construcciones socioculturales; que además vienen acompañadas de una idea acerca de cómo debe ser la mujer, en ese constructo que es llamado “femenidad”.
En el proceso de socialización, las mujeres hemos aceptado la idea del amor romántico como un sentimiento universal, histórico, inmutable y eterno, acompañado de una serie de falacias que la autora Alicia Pascual Fernández, en su artículo “Sobre el mito del amor romántico. Amores cinematográficos y educación” (2016), explica de forma concreta: La falacia de “El amor todo lo puede”, “El amor verdadero predestinado”, “El amor es lo más importante y requiere entrega total” y “El amor es posesión y exclusividad”; a esta serie de falacias le agrego la idea acerca del sufrimiento necesario en un amor verdadero, que se traduciría en la siguiente frase, “En el amor verdadero se sufre”, y la idea que recae en la mujer como ser salvador y cuidador, “El verdadero amor salva”. Éstas y otras afirmaciones son falacias, puesto que idealizan al amor, convirtiéndolo en algo inalcanzable y peligroso.
Estas falacias se acompañan de dispositivos de reproducción de estereotipos y roles de género, de ésta forma se les adjudican a las mujeres ciertas características y a los hombres otras. La feminidad tiene que ver con mujeres con un carácter inestable, pasivas, afectuosas, donde su desarrollo sólo se manifiesta en el ámbito privado; seres con la capacidad de cuidar y dar amor, somos seres para los demás. En cambio la hombría tiene relación con la fortaleza, la racionalidad, la actividad en la esfera pública, la autoridad, la independencia, el poder, y la libertad sexual; el hombre es un ser para sí mismo.
El cine como producción cultural, reproduce ideología en forma de relatos que ponderan una idea de amor romántico falaz. En éste artículo veremos tres películas de amor adolescente, que fueron estrenadas en tres décadas distintas, pero con relatos que perpetúan el mito del amor romántico; “Intenciones Crueles” (1999), “Tres metros sobre el cielo” (2010) y “After” (2019).
Tres películas: tres historias de amor.
“Cruel Intentions” es una película del año 1999, su director es Roger Kumble y los protagonistas son Sarah Michelle Gellar, Ryan Phillippe y Reese Witherspoon, basada en el libro “Las amistades peligrosas” (1782) de Pierre Choderlos de Laclos. La trama cuenta la historia de dos hermanastros ricos que se divierten haciéndose eco de sus conquistas amorosas, hasta que llega a la ciudad la hija del nuevo director del colegio al que asisten llamada Annette. Kathryn la hermana de Sebastian le propone realizar una apuesta que consiste en enamorar a la joven e inexperta Annette; si él gana entonces Kathryn accederá a acostará con él y si él termina fracasando, ella se quedará con su bien más preciado: su auto clásico de alta gama.
La historia se centra en los juegos de seducción que despliega Sebastian para terminar finalmente enamorando a Annette, quien se entrega por completo a él.
“Cruel Intentions”, es una película de finales de los años noventa, donde podríamos suponer que aún estaba fuertemente arraigada la idea del hombre rebelde y seductor, Sebastian es un joven rico, inteligente, seguro de sí mismo, un galán que tiene a la mujer que desea (excepto a su hermanastra); rebelde, en tanto hace lo que quiere, cuando quiere, despreocupado, con un conjunto de valores morales un tanto primitivos. Sebastian tiende a manipular a todas las personas que tiene a su alrededor, por medio de la simpatía y la excesiva cordialidad que por momentos manifiesta.
Annette por el contrario, es una joven tímida, bien educada, cuidadosa de cada palabra que dice y cada acción que realiza, reflexiva, sensible al arte y al dolor ajeno, dulce, inteligente y aplicada, ingenua en temas de amor, con un bagaje de normas morales fuertemente arraigados que hacen de ella una mujer amable y frágil. Annette es inexperta sexualmente, lo que la muestra como una presa perfecta para Sebastian.
Otra de las características que tiene la mistificación del amor romántico, tiene que ver con la idea acerca del sufrimiento que viene intrínsecamente acompañado del amor verdadero, es decir, si el amor es real tiene que doler. Ésta falacia hace que tanto Annette como Sebastian, piensen que el sufrimiento de ella ante el descubrimiento de la verdad y el propio dolor que sufre Annette sean considerados necesarios en esta historia real de amor.
Annette se entrega por completo al deslumbrante Sebastian y sufre ante el engaño y la manipulación de la que fue víctima, pero piensa que lo puede perdonar, que si bien él ha sido un miserable con todas las mujeres, con ella es distinto, y que por fin ella es la indicada para que el se enamore. La idea acerca del amor eterno y predestinado acompaña este tipo de historias de amor, donde nos han enseñado a perdonar y creer que somos las salvadoras de hombres descarrilados.
El desenlace de la película es trágico, Sebastian espera toda la noche fuera de la casa de Annette que la perdone, y a la mañana siguiente cuando decide retornar a su casa, sufre un accidente mortal. Sebastian muere en brazos de Annette, quien en cierto punto es mostrada como la responsable de esa muerte, es decir, si ella no hubiera tardado tanto en perdonarlo quizás él no hubiera muerto… ¿por qué demoro tanto en bajar?… Y cuando estos pensamientos nos envuelven nos detenemos y pensamos: ¡Por qué estoy pensando esto! ¿Cuándo Annette que es la víctima se convierte en la responsable de la muerte de Sebastian? Y esto también es parte de la construcción de ese amor idealizado.
“Tres metros sobre el cielo”, es una película española del año 2010, sus directores son Fernando González Molina y Carlos Rodríguez, sus protagonistas son Mario Casas y María Valverde; basada en el libro “A tres metros sobre el cielo” (1992) de Federico Moccia.
La trama es la historia de amor de Babi y Hache; Babi es una joven aplicada en el estudio, respetuosa, amable, tímida, con una familia sobreprotectora que confía plenamente en ella, de temperamento tranquilo, siempre obediente a las órdenes que recibe de sus padres. Por el contrario Hache es un joven rebelde, que siempre está al borde de la ley, a causa de un episodio violento con el amante de su madre, a quien casi mata a golpes; corre en carreras clandestinas de motos y se muestra como un hombre con una personalidad fría, agresiva, enojado con todos. Si bien Hache parece impenetrable, es seductor y tiene a muchas mujeres enamoradas de él, es decir es un galán que disfruta de relaciones casuales pero que no se involucra emocionalmente.
Hache y Babi se conocen y comienza una historia de amor romántico estereotipado; ella inexperta en el amor y en el sexo se entrega por completo al experimentado e irresistible Hache, quien no solo logra que Babi pierda la cabeza por él, sino que también la empuja a experimentar la vida al máximo… es decir, a escaparse de su casa, mentirle a sus padres, alejarse de su familia y sobre todo a soportar algunas situaciones violentas por parte de Hache, quien comienza a mostrar su faceta irracional y bestial.
Nuevamente vemos cómo una jovencita ingenua y frágil se enamora del chico rudo y de corazón frío, quien por una suerte de predestinación se enamora por primera vez de esta mujer que viene a ser su salvadora, depositando en ella toda la responsabilidad de su destino. Si Babi lo ama entonces él podrá cambiar y dejar de ser quien es, si Babi lo abandona porque no quiere soportar su agresividad, su vida se encontrará devastada…
En ésta película no sólo se reproducen muchos de los mitos acerca del amor romántico, sino también ésta idea enfermiza acerca del poder salvador que tiene el amor verdadero, el que todo lo puede, y el que todo perdona. Y podemos ver lo dañino que suele ser la idea de que amar también es soportar.
Babi decide dejarlo, Hache es un violento sin remedio y ella no quiere eso en su vida. Si bien el desenlace es correcto en este sentido, la protagonista es mostrada como la culpable del dolor desgarrador que siente Hache ante su abandono, es más muestran a Babi bajo una mirada de reprobación cuando decide rehacer su vida con otro joven. Las mujeres aún siendo maltratadas y violentadas, somos siempre las malas, las culpables de las acciones moralmente reprobables de los hombres.
“After”, es una película del 2019, dirigida por Jenny Gage, basada en el libro “After” de Anna Todd; sus protagonistas son Josephine Langford y Hero Fiennes-Tiffin. Aquellos que han leído el libro y visto la película sostienen que la similitudes son muy pocas, puesto que las situaciones de desprecio y violencia que sufre Tessa, la protagonista, no han sido descriptas en el film, quizás porque la historia es lo suficientemente reprobable como mensaje a un público adolescente. La historia de amor es entre Tessa y Hardin, dos jóvenes universitarios muy distintos. Tessa cumple con todos los estereotipos y roles de género, es una chica llena de sueños, que comienza sus estudios en la universidad, estudiosa, con un temperamento tranquilo, respetuosa, un tanto ingenua, tímida, obediente a los consejos de su madre e inexperta sexualmente; nuevamente aparece esta característica que parecería ser primordial si queremos mostrar un personaje femenino, que cumpla con los estereotipos de una “chica bien”, y nuevamente el hombre, en este caso Hardin, como el joven idóneo en temas sexuales.
Hardin es un chico rebelde, oscuro, frío, calculador, enojado con un pasado familiar que lo atormenta, inteligente, seductor, determinado, que manipula a su antojo a la ingenua Tessa.
La relación amorosa comienza, como en la trama de “Cruel Intentions”, por medio de una apuesta que realiza Hardin, la apuesta consta de enamorar a Tessa y eventualmente acostarse con ella. Cuando Tessa descubre el engaño decide alejarse. Pero, como nos han enseñado que “el amor todo lo puede”, y que además en el amor verdadero se sufre inevitablemente, Tessa decide perdonarlo, porque aunque su amigo le advierte que Hardin no es una persona de fiar ella responde “conmigo no es así, es distinto”.
Las novelas, las canciones de amor, las películas, las series de televisión, reproducen los roles y estereotipos de género, codificando y simplificado la realidad. En éstas películas de amor, y en casi todas, el único romance es una relación entre dos personas heterosexuales, que tienen que superar alguna dificultad terrible, para luego vivir felices para siempre, donde uno debe sacrificarse, aún con su propia vida si es necesario, para demostrar que ese amor que siente es verdadero.
Es por esto necesario y apremiante que comencemos a tener una mirada reflexiva y crítica con las producciones culturales que consumimos y que forjan nuestra forma de amar y de ser amados.